La cavidad de cocción es simplemente una caja metálica donde se coloca el alimento a cocinar.
Las microondas son dirigidas desde el magnetrón hasta la cavidad de cocción mediante una canal que las transporta con escasas pérdidas. Este canal guía-ondas, debe tener unas dimensiones muy precisas, estando directamente ligadas a la frecuencia que transporta.
Al entrar las microondas a la cavidad de cocción, son agitadas por una especie de ventilador que hace que se dirijan en todas las direcciones, rebotando sobre las paredes metálicas hasta que son absorbidas por el alimento.
Algunos hornos disponen para la colocación de los alimentos, de un soporte o plato giratorio que hace que el alimento aproveche mejor la distribución de las microondas.
Naturalmente las zonas de mayor potencia de microondas se encuentran en el centro del plato giratorio
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